La espiral de los sueños empezó a girar en su cabeza.
De pronto, un joven extraño
se cruzó en su camino.
Llevaba alas en los pies,
un casco alado
y una vara en la que
se enroscaban dos serpientes.
Era el dios Hermes que, en su vuelo vertical,
le mostraba el camino a la Ciudad del Futuro.
Cuando abrió los ojos el mismo de siempre,
se encontró sentado su único hogar.
en el umbral de un portal,
Si quieres leer otro microrrelato:
Felicidades, Maite, por tu nuevo microrrelato. Me encanta la conexión que haces entre las imágenes y las palabras... Como se dice: "si lo bueno, breve; dos veces bueno". Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Conxita, por seguir mis microrrelatos. Me alegra que te gusten.
EliminarYo voy leyendo tus entradas.Me gustó mucho la de Juan Marsé. Intenté escribir un comentario, pero no pude. ¡Problemas tecnológicos!
Precisamente hoy, en el Periódico, había un reportaje sobre esa salida, pero es mucho mejor y más completo el tuyo.
Un abrazo
Hola Maite.
ResponderEliminarCuando vuelvas por allí verás que el Hermes está acompañado de Dalí.
Un abrazo
Hola Andrés,
EliminarEn cuanto pueda iré a ver cómo se ha transformado esa puerta con la nueva aportación daliniana.
Es curioso ver cómo el arte urbano va cambiando constantemente.
Un abrazo
Qué chulo te ha quedado Maite. Muy bien ligadas fotos (estupendas)e historia
ResponderEliminarGracias, Roser.
EliminarA mí también me gustan mucho las entrevistas que haces.
Un abrazo
Grande Maite, Grande!!!
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, Enrique.
ResponderEliminarYa estoy empezando a preparar el tercero.
Un abrazo para ti y para Ángeles.
¡Genial tu micro-relato con la secuencia de Street Art!
ResponderEliminarNos vemos pronto.
Besos!
Xavi