Llegó el Carnaval y, como cada año, los número organizaron un concurso de disfraces.
El 2, cansado del tradicional traje de patito, decidió transformarse en una sinuosa serpiente.
El 3, maquillado de lila y naranja, se colocó unas grandes alas. No se sabe muy bien si iba de ángel o de pájaro, pero la verdad es que estaba muy resultón.
El 6 no tenía ganas de complicarse la vida. Se limitó a ponerse patas arriba y por una noche quiso ser un 9.
El 7 se enfundó un ceñido traje azul con ribetes blancos.
El 22, amante del arte y la cultura, se disfrazó de placa histórica.
El 27, siempre tan informal, dio el campanazo presentándose con traje y corbata.
El 28, en pleno invierno, se vistió de primavera con un precioso vestido de flores.
El 3, maquillado de lila y naranja, se colocó unas grandes alas. No se sabe muy bien si iba de ángel o de pájaro, pero la verdad es que estaba muy resultón.
El 7 se enfundó un ceñido traje azul con ribetes blancos.
El 22, amante del arte y la cultura, se disfrazó de placa histórica.
El 45 causó sensación con su elegante traje de hojas de otoño.
El 56 lució un original diseño color rojo "Valentino".
De pronto, se abrió la puerta y entró una B con un llamativo vestido modernista, del más puro estilo gaudiniano.
Todos los números se la quedaron mirando sorprendidos y exclamaron al unísono:
- ¡Tú no puedes entrar aquí! ¡Esta fiesta es sólo para números!
- Pero si yo soy ... - empezó a decir la B.
La B, muy digna, abandonó la sala con la cabeza bien alta, satisfecha porque sabía que su disfraz era el mejor.
No lo habían reconocido. Nadie se había dado cuenta que bajo el traje modernista en realidad se encontraba el número 8.
Si quieres leer los microrrelatos anteriores:
1. CORAZONES URBANOS
2. EN EL UMBRAL
3. ANDANZAS DE UN LIDO GATITO
El 56 lució un original diseño color rojo "Valentino".
El 78 mostró sus curvas y sus kilitos de más con un rompedor disfraz de graffiti callejero.
- ¡Tú no puedes entrar aquí! ¡Esta fiesta es sólo para números!
- Pero si yo soy ... - empezó a decir la B.
-¡No hay pero que valga! - le interrumpió el 24 - , disfrazado de buzón. Este concurso es exclusivo para números y tú eres una letra. Lo sentimos mucho, pero no te podemos admitir.
La B, muy digna, abandonó la sala con la cabeza bien alta, satisfecha porque sabía que su disfraz era el mejor.
No lo habían reconocido. Nadie se había dado cuenta que bajo el traje modernista en realidad se encontraba el número 8.
Si quieres leer los microrrelatos anteriores:
1. CORAZONES URBANOS
2. EN EL UMBRAL
3. ANDANZAS DE UN LIDO GATITO
Como siempre un 10 que tambien es un número sexy !!
ResponderEliminarquina gran col·lecció :)
ResponderEliminarpetons!
muchas gracias, Maite¡¡¡ un gran relato, fantástico. Veo que sigues observando con otros ojos tu querida Barcelona
EliminarContínues sorprenent-me. Segueix endevant
ResponderEliminarEs genial Maite !!!! Yo en seguida es descubierto el 8 😉
ResponderEliminarMolt bonic Maite. M'ha encantat!!
ResponderEliminarQue relato más bonito! Cómo jugó con los demás números el 8. Sin duda se lleva el premio del mejor disfraz.
ResponderEliminarFeliz Carnaval!!!