GRACIA RECUERDA "LA REVOLTA DE LES QUINTES"

El domingo 7 de abril, en la Plaça de la Vila de Gràcia se celebró la 8ª Diada dels Trabucaires de Gràcia y se representó la "Revolta de les Quintes" de 1870.

 
Las quintas consistían en reclutar a los jóvenes para servir al ejército, pero era un sistema injusto, ya que los ricos, a cambio de pagar una cantidad de dinero, se libraban de ir.

En abril de 1870, el gobierno español, rompió la promesa de no reclutar más hombres a filas y anunció una nueva quinta  lo que originó una revuelta popular en contra de ese sistema discriminatorio. 





Hubo enfrentamientos y se levantaron barricadas en varios lugares de la ciudad, entre ellos la Vila de Gràcia que fue donde duró más la revuelta y  donde los enfrentamientos fueron más intensos.

Preparando las barricadas alrededor del campanario

El toque de la Campana de Gràcia, llamada "la Marieta", avisó a los habitantes de la Vila de la llegada de las tropas. Los militares dispararon contra ella, y recibió varios impactos que dañaron su estructura, pero no lograron acallar su toque.

                          

Los habitantes de la Vila se concentraron en la Plaça d'Orient, (actualmente, Plaça de la Vila de Gràcia), llevando pancartas y gritando ¡Abajo las quintas! 

Algunas mujeres lograron entrar en el Ayuntamiento y desde el balcón lanzaron los bombos y las listas de sorteo, así como algunos muebles con los que luego prendieron una hoguera en medio de la plaza.

                                                 
    

Quema de las listas oficiales de reclutamiento

El asedio duró del 4 al 9 de abril. Desde lo que ahora es el Ensanche, bombardearon Gracia continuamente y finalmente, el 9 de abril, la Vila fue ocupada militarmente.

                           

El general Gaminde, encargado de dirigir el asalto, a raíz de estos hechos recibió el apodo popular de "general Bum-Bum".
En el brutal asalto hubo 30 muertos, 200 detenidos por insurrección y muchas casas fueron saqueadas. 

   
Un mes más tarde, el 8 de mayo de 1870, como respuesta a esos abusos de poder, aparecía el primer número de "La Campana de Gràcia", un semanario satírico, republicano y anticlerical, que difundió la pollítica catalana de izquierdas entre la clase obrera. Se publicó hasta 1934.

Desde aquel histórico toque que llamó a los ciudadanos a la revuelta, la campana de Gracia ha sido considerada un símbolo del espíritu reivindicativo y de defensa de los derechos ciudadanos que siempre ha caracterizado a los habitantes de la Vila.