Uno de los más clásicos y tradicionales, inventado mucho antes que el diabólico aire acondicionado, es el rico polo helado.
Aunque la vuelta a la rutina cotidiana nos caiga como una bomba, un rico polo nos puede hacer el retorno más soportable.
Este. de limón y chocolate negro, parece decir: "¡Eh, que estoy aquí! ¡No pases de largo!"
Y otros, como éste de frambuesa y mango, a punto de deshelarse, nos llaman a gritos: "¡Comedme pronto, antes que me deshaga del todo!"
¡Estad atentos! porque a la vuelta de cualquier esquina os podéis encontrar con uno de ellos.
Aunque se os hayan acabado las vacaciones, disfrutad del rico polo y de lo que queda de verano.