En uno de mis paseos, al alzar la vista, me pareció distinguir en lo alto de un edificio unos angelitos y los fotografié para hacer una nueva entrada de la serie "Barcelona tiene ángel".
Al ampliar la fotografía vi que no eran angelitos, ya que no tienen alas, pero... ¡Sorpresa!
Descubrí a unos encantadores niños, uno de los cuales sostiene el caduceo de Hermes. Se puede distinguir perfectamente la vara con las dos serpientes enroscadas y coronada con las dos alitas.
En el otro extremo, otro niño sostiene la rueda dentada de la industria, un símbolo que también encontramos con frecuencia haciendo compañía a Hermes.
No es extraño encontrar estos símbolos en algunas casas del Ensanche, ya que en ellas vivían empresarios relacionados con la industria y el comercio.
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