La Casa del Algodón (Cotton House Hotel) se encuentra en un precioso edificio de estilo ochocentista neoclásico, construido en el siglo XIX, en pleno apogeo de la industria textil.
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La flor del algodón en el dintel de la puerta |
En 1879 Miquel Badia, perteneciente a una familia de la alta burgusía catalana dedicada al comercio del algodón, encargó a Elies Rogent, arquitecto del edificio histórico de la Universidad de Barcelona, la construcción de la casa.
A mediados del siglo XX se vendió al Gremio de Algodoneros que estableció allí la AITPA (Asociación Industrial Textil del Proceso Algodonero) y fue remodelada por el arquitecto Nicolau Maria Rubió.
En 2015 se convirtió en el Cotton House Hotel, decorado por el interiorista Lázaro Rosa Violán.
A lo largo de los años este espacio siempre ha estado relacionado con el algodón y en este nuevo proyecto se han mantenido y recuperado todos los elementos del edificio original.
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Vestíbulo en la planta baja |
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Detalle del techo y lámpara del vestíbulo |
Llama la atención una espectacular escalera de caracol de 1957 que cuelga del techo sin estar apoyada en el suelo, dándole así un aspecto aéreo y ligero.

Se ha conservado la escalera de mármol original que da acceso al primer piso.

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Vestíbulo del restaurante en el primer piso |
También se han conservado las "boiseries" que recubren las paredes de los comedores en las que se conservan, como si fueran los libros de una biblioteca, las muestras de tela de algodón.

El Bar- Restaurante se llama "Batuar", que es el nombre que recibe el proceso de eliminar las impurezas del algodón.
Desde la zona del bar, a través de una amplia cristalera, se ve la terraza.
En un amplio patio interior de manzana se encuentra la terraza de 300 m2, un espacio con abundante vegetación muy agradable para tomar algo al aire libre. Es un auténtico oasis de paz en pleno ensanche. |
Un rincón de la terraza
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Además del restaurante y el bar, hay varias salitas muy acogedoras que son perfectas para reunirse con amigos a tomar una taza de té y pasar una tarde agradable. 
Toda la decoración está cuidada hasta el más mínimo detalle: el aroma a flor de algodón del vestíbulo, los colores suaves, la calidez de la madera, un cierto ambiente colonial, la iluminación, los muebles, la vajilla...
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Detalle de uno de los techos |
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El servicio de porcelana para el té |
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La fachada iluminada por la noche |
COTTON HOUSE HOTEL Gran Via de les Corts Catalanes, 670 (entre Roger de Llúria y Bruc)