Paseando a lo largo del paseo marítimo de la Barceloneta podemos encontrar varias esculturas interesantes. Hoy vamos a fijarnos en tres de ellas.
Este original y enigmático conjunto escultórico, inaugurado para las Olimpiadas de 1992, se encuentra en la plaza del Mar en el barrio de la Barceloneta.
Se trata de "Una habitación donde siempre llueve" y su autor es el escultor Juan Muñoz (1953-2001)
Está compuesta por cinco figuras humanas de bronce, con forma de tentetiesos que, aunque comparten un mismo espacio, no se relacionan entre sí y cada una mira hacia un punto diferente.
Representa el aislamiento y soledad que se vive en una sociedad donde, a pesar de la aparente cercanía, no hay comunicación entre los individuos.
El conjunto está rodeado por cuatro grandes ombúes o bellasombras.
Al fondo se distingue la silueta inconfundible del Hotel Vela.
Otra gran escultura que llama la atención es el "Monumento de homenaje a la natación". También se encuentra en la plaza del Mar, en la playa de San Sebastián, y el autor es el escultor Alfredo Lanz.
La escultura mide 11'4 metros de alto por 8 de ancho |
Esta gran escultura de acero se instaló en 2004 y representa de una forma muy original cuatro deportes acuáticos: natación de crol, natación sincronizada, salto de trampolín y waterpolo.
Y finalmente otra interesante escultura es "Evocación marinera" (1958-60) de Josep. M. Subirach.
Es una de las primeras esculturas abstractas de la ciudad y permite muchas interpretaciones. La textura rugosa del bronce nos da la impresión de un objeto erosionado por el mar y según desde donde se mira su forma nos evoca un ancla o una hélice.
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